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Mostrando entradas de diciembre, 2009

Advertencia a los Reyes Magos

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No he sido bueno. Este año el panzudo colorado ha pasado de largo. No ha habido regalos. Mejor, que con su pan se lo coma. Menos mal que casi me compro cacharritos electrónicos, y libros. ¡Fati, que te den; yo soy de los Magos, en serio, chincha y rabia! Pero el gorrinillo podía haberme traído carbón. Ni eso. No he sido bueno. ¿Y eso quién lo decide? He tragado lo que no se sabe y ¿no he sido bueno? ¿Cuánto hace falta para que el tonelillo me tenga en cuenta? Te prometo que me habría conformado con cualquier cosa; cualquier señal de reconocimiento. Nada, gordinflón, nada. Pero el tipo se ha comido los mantecados y se ha bebido la copa de mistela. Varias copas de mistela; la botella de mistela. No me extraña que esté tan abultado como está. Sin embargo, estoy seguro de que ha estado en casa revisando mis papeles y viendo la televisión mientras sus renos trabajaban a destajo. Gordo y gandul; no podía ser de otra manera. Tumbado se ha pasado la noche; no me extraña que me haya manchado e

Magia Potagia

El tipo se acercaba a ti, hacía extraños movimientos con las manos y, por arte de birlibirloque, hacía aparecer una paloma. Magia potagia. Maravilloso. ¿Cómo lo ha hecho? Es imposible. Los chicos buscábamos el truco que nunca descubríamos pues el tipo del esmoquin nos mostraba hasta el aburrimiento los recovecos de su cuerpo donde apenas si había camisa y pellejo. A veces el mago llevaba una partenaire con vestido de lentejuelas que le se movía alrededor muy teatrera. Era la parienta (digo yo por la indiferencia como lo miraba) que muy a menudo acababa metida en una caja de madera donde el mago procedía a cortarla con un serrucho de considerables dimensiones para después recomponerla con un leve toque de varita mágica. « Abracadabra » , gritaba el fulano como si supiese lo que decía. Aplausos. Para terminar bajaba al patio de butacas donde procedía a sacar dinero de las orejas del respetable; una risa tía Felisa y fin. Se iba con el baúl a otro pueblo y luego a otro y a otro. En todos

Por los Derechos Humanos

(En recuerdo y homenaje a Alberto Martínez Casillas QEPD) Aquel tipo piensa por los demás. Hay personas en el mundo a las que les gusta que otros piensen por ellos, que decidan por ellos; personas de trapo las llamo. Una vez hice un descubrimiento: esa gente piensa por los demás porque los demás le dejan. Así de sencillo, y le dejan porque no saben que pueden negarse. Basta con decir NO aunque te echen de casa y tengas que irte a vivir a la sala de espera de un aeropuerto. Pero la gente no lo sabe porque los que mandan los han convencido de que valen nada; por si acaso el que piensa por los demás hace ya cientos de años que ha institucionalizado la represión para que los guardias les arrimen guantazos a los disidentes. Si la gente traga, problema solucionado; y, con tanto guantazo, traga. Aquel tipo del que hablo era, es, ministro de Justicia de un país inexistente, un lugar exótico de esos tan bonitos que salen en los folletos de viajes y que tanto gustaban a mi amigo Alberto. El que

La cámara

Me acaban de regalar una cámara de fotos. Es que ha sido mi santo y, en compensación, me ha caído una magnífica máquina japonesa que retrata con fiabilidad espantosa lo que me rodea, dicen. No sé las perras que ha costado, eso es lo bueno de recibir regalos; pero sí sé que me la merezco porque he sido bueno: apenas si he dicho tacos en público, he estudiado mucho y, además, he fregado los cacharros (vale, lo reconozco, con desgana). Nada más recibir el paquete, lo abro ansioso. Rompo la caja. Dentro, ya lo he dicho, el deseo. Lo pruebo disparando un montón de fotos frente al espejo, encuadrando con esmero con la sana intención de que se me vea todo el careto. Es digital, moderna, y con una memoria espantosa. Descargo el arsenal de retratos en el cabezón y compruebo con angustia que no aparezco en ninguno. Las fotos están vacías (es una forma de hablar), y únicamente se aprecia en ellas, eso sí con mucha definición, la pared desconchada que hay detrás de mí. Las fotos son preciosas, per