Advertencia a los Reyes Magos

No he sido bueno. ¿Y eso quién lo decide? He tragado lo que no se sabe y ¿no he sido bueno? ¿Cuánto hace falta para que el tonelillo me tenga en cuenta? Te prometo que me habría conformado con cualquier cosa; cualquier señal de reconocimiento. Nada, gordinflón, nada. Pero el tipo se ha comido los mantecados y se ha bebido la copa de mistela. Varias copas de mistela; la botella de mistela. No me extraña que esté tan abultado como está. Sin embargo, estoy seguro de que ha estado en casa revisando mis papeles y viendo la televisión mientras sus renos trabajaban a destajo. Gordo y gandul; no podía ser de otra manera. Tumbado se ha pasado la noche; no me extraña que me haya manchado el sofá con una pelusilla roja que no se quita. Me pregunto qué ejemplo es ese para la juventud del siglo veintiuno. Unos calcetines de lana para el frío, una batidora, un chándal de invierno. Cualquier cosa habría servido. Gordo y desmemoriado.
Soy de los Reyes sí, pero como a los persas se les ocurra solidarizarse con Papá Noel van a saber lo que es tener un enemigo de peso; lo prometo, por estas que son cruces. Y me meto a republicano.
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Un abrazo