Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2019

Saber de Cuenca

Imagen
Juro por Maduro que cada vez estoy más desconectado de lo que pasa en Cuenca. «Me la pela», dice mi alter ego —para los de la tertulia «cultural» del Mateo Navalón: «mi otro yo»—, ese yo que se esconde porque aquí, si conoces te pones de muy mala, pero que de muy mala hostia. Me cuentan de la actitud de un tal Miguel Romero cuando recientemente en esa asamblea de «próceres» de cartón el tal Jesús acusaba a don Juanito de mandar fusilar a los adversarios políticos. Recalcan su silencio cómplice o, peor, su desconocimiento. ¿Cómo habrá llegado tamaño ignaro a participar tan activamente en la «cronificación» de la ciudad? Y ahora lo han hecho poeta; no me jodas Marta Segarra, tú, precisamente tú. La decadencia es la consecuencia de la indecencia, del fatuo entendimiento. Me maravillo de lo que veo y que no quiero ver. Y ahí los tienes, difamando a quien quiso que esta ciudad tuviera nombre, quien salvó gran parte del tesoro de la catedral de las garras de los anarquistas —de cuida

A propósito de España

Imagen
«La realidad tradicional de España ha consistido precisamente en el aniquilamiento progresivo de la posibilidad de España», José Ortega y Gasset. Vivimos tiempos extraños, tiempos furibundos, recios como estaca de pino. Lo sé por lo que siento en mis propias carnes; se empieza insultando a la madre que parió al árbitro y se acaba exhibiendo una chulería insoportable frente al adversario —ahora más enemigo— político. Y todo casi gratis, sin coste aparente por tergiversar la realidad, el lenguaje y la puñetera memoria. Para eso estamos, caballero, para abrir la boca y tragarnos tamaña inmundicia. En esa manipulación está también la palabra España , tierra de conejos a lo que se ve por cómo los exhiben muertos un par de acémilas. Es obvio que hay al menos tres Españas, cuatro si contamos al carlista Torrá. Españas casi siempre irreconciliables, cuyo concepto se basa en una historia irremisiblemente común cuya memoria no compartida nos arrojamos a la cara como si fuera un puñado