El crudo invierno

 Con temperaturas inferiores a 15º bajo cero, la nieve sigue aferrada al norte de la casa.

Hoy he conseguido llenar la fuente donde, no se sabe cómo, los peces sobreviven bajo una gruesa capa de hielo. A veces creo que están hechos de un material tan firme que es imposible que se mueran por mucho frío que haga.

 El suelo bajo algunas puertas se ha congelado, lo que ha levantado trozos de hormigón. Imposible abrir el portón de entrada, tampoco el portillo que da paso a la gente que no viene a visitarme; la puerta del pozo la he abierto a patadas para poder coger la alargadera que allí guardo. El pie firme, la pala y el pico, también el secador de pelo han conseguido aliviar un poco el problema.

Mañana intentaré regar el cemento, si es que la manguera permite el paso del agua líguida, para limpiar el barro y la arena que el coche ha aportado al desolado paisaje.




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