La Cospedal y el feminismo
Ha escogido mal momento el ama del garito para presentarse
como garante de las libertades que los modernos dicen de género. La babiana
(Cospedal, comarca de Babia, provincia de León), feminista; cosas tenedes, el
Cid, que farán fablar las piedras. En su huida hacia adelante, perseguida a
pedradas por la Aguirre, se coloca delante de un grupo de mujeres en la calle Génova
(aquí también cobra pero no acostumbra) y reivindica los derechos de las trabajadoras
frente a las argucias de un garrulo presto a largarse a la taberna a echar la
partida. ¿Te das cuenta de cómo nos conoce? Acojonante, tía. Al final va a
tener razón la Esperanza con los epítetos. ¿Qué dijo, Mari? Si hacemos caso a
lo publicado, la llamó «imbécil». Según la última
Encuesta de Población Activa, Castilla-La Mancha ha sido la región en la que ha
habido más variación interanual en el desempleo, como curiosidad el 35,20% de las mujeres está en paro y el sector en donde
más ha aumentado ha sido el de la administración pública. Con dos ovarios. Eso
es gestión y feminismo. Y no te apunto más números porque se te va a poner una
leche peor que a un escuerzo.
Como recomendación última en este medio le diría a la
individua: Ay, bonica, aunque el rencor te rumie las tripas, aprende de Madrid,
caporala; menos discursos para las féminas y más descuentos: el 50% en lencería
fina para que, cuando la fregonas lleguen a casa reventadas desde el barrio de
Salamanca, se pongan las ligas rojas; hay que animar al maridito que a esas
horas estará hartico de pimplar coñá y revenío por la lesión del tal Ronaldo.
Vivimos en un mundo lleno de mierda, “petao” de mangantes,
de madamas y de pedorras que predican en el desierto intelectual su moral de
embudo, cargada de lugares comunes para conformar a los necios, ridícula,
falsa, cutre. Y, en la infinita tierra de Don Quijote, seguimos quietos,
esperando a que María de los Dolores de la más rastrera venganza venda hasta las medias de la abuela en nombre
de una supuesta libertad abominable. Señora, le digo que no me voy a callar.
Allá donde pueda y podré, se lo aseguro, denunciaré sin incompetencia, su grotesca
superioridad de niñata malcriada, su inconsciencia, su mísero egoísmo porque no
quiero que en esta mágica planicie vuelva a reinar gente como usted.
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Nacho Muñoz.