Clubes

La costumbre es que el poder, el verdadero poder, se ejerza en la sombra. El conjunto de aquellos que se organizan para hacer lo que les dé la real se llama «lobby». El «lobby» tiene una concepción del mundo que por su propia naturaleza no puede ser sometida a escrutinio pues su ideario se resume en seguir encima del macho haciendo su santa voluntad le pese a quien le pese.

Estos días se reúne en Sitges el «lobby» Bilderberg, un club privado formando por los que de verdad cortan el bacalao. En una nota de prensa nos han informado de los temas que van a discutir: cómo y cuándo se va a hundir el euro; sobre la posibilidad de crear una única moneda para todos; y también, tiembla, reflexionarán al respecto de las potenciales amenazas de Rusia e Irán contra la paz mundial... Ya verás cómo, antes de que acabe el año, habrá periódicos, politólogos y cantamañanas que nos intenten convencer de las virtudes de una única moneda para todos (y de paso que se jodan los chinos). Luego, si no antes, le arrimarán un guantazo a Irán para que espabilen los rusos; promoverán un golpe de estado en Venezuela (menudo imbécil es el Chávez), y acabarán con el hambre en el mundo gracias a señor Gates y su máquina infernal llamada Windows. A los demás nos dejarán seguir jugando a elegir presidente de la comunidad de vecinos, a opinar con discreción en la esquina de la calle o, simplemente, disfrutar de Belén Esteban, arquetipo del futuro que nos espera como no nos deshagamos de ellos.