Hugo Chávez

Cuando un tipo como Hugo Chávez habla en público, o te partes de risa o te vas de vareta. Oigo en la radio al milico cantando una canción infantil y ha tenido que subir la vecina amenazando con llamar al 112 por el escándalo. La he invitado a pasar y a escuchar al presidente venezolano. Al final han venido los de urgencias con el maletín de reanimación porque mi vecina ha perdido el fuelle, vamos que se ha encanado. Qué suerte tienen en la República Bolivariana, un presidente tan simpático, tan gracioso. Lo de apoyar al terrorismo, nada, sólo indicios. Lo importante es la canción: «Arroz con leche. Me quiero casar con una viudita de la capital que sepa coser, que sepa bordar». Todos los venezolanos tirados en el suelo sujetándose la barriga, muertos de risa como mi vecina.

¿Todos? No, siempre habrá alguno que tenga el sentido común que le falta al botarate y al que le duela el absurdo, y terrible, espectáculo que se está dando. Que este individuo apoya el terrorismo no es una sospecha, es una certeza. De que es un autoritario populista, no tengo ninguna duda. Que está llevando a su país al desastre económico, una realidad. Sin embargo todavía hay quien confía en la palabra de este iluminado y cree que está haciendo lo mejor para su patria. En absoluto. La cercanía a los hermanos Castro (comedia del peor socialismo soviético) y su afán desmedido de protagonismo lo acabarán llevando a la oposición si antes no vuelve a intentar dar un golpe de Estado, que lo hará, no lo dudes.

Comentarios

Entradas más populares

Carta a un niño del Colegio Ramón y Cajal (Cuenca)

Carta abierta al Presidente de Castilla-La Mancha

No me rindo