Consejos para un chorizo

Imagina que te han pillado. Ya sabes, todos tenemos algo que ocultar. Digo que imagines que los guardias te pillan haciendo algo ilegal; ejemplo, trincar una pasta gansa del cajón de la empresa. Te han pillado y te jodes. Sabes que tu rostro aparecerá en las primeras páginas del día siguiente; por eso ante los fotógrafos puedes adoptar dos actitudes, poner cara de arrepentimiento o mirar desafiante a la cámara seguro de que la culpa la tienen otros. Las dos valen. Como has trincado mogollón, no te preocupes, te acabarán soltando; la imputación depende de la investigación policial y de las relaciones de amistad que tengas, si las tienes.
Vive tranquilo, el juez no podrá enchiquerarte del todo hasta que pase¬n años, varios años. Maravilloso. La gente se aburre y se olvidará de ti aunque haya periódicos sensacionalistas que se ceben contigo. Cuando escampe, te toca. Necesitas un altavoz, los hay a espuertas, desde donde proclamar la responsabilidad del jefe, el inútil que ha dejado el cajón abierto. Luego por el abogado te enteras de los pormenores de las pesquisas incluidas las tecnologías que se han utilizado para cazarte. Las responsabilidades se amplían; por supuesto que la investigación se ha hecho de manera torticera: los agentes han demostrado una clara animadversión al utilizar medios ilegales que han conculcado tus derechos. Algo así dice Soraya Sáenz. Si su señoría te sale rana, puedes decir que está conchabado con tus enemigos; como penúltimo recurso siempre te quedará Zapatero. Y si todo acaba mal, échate una novia cantante que te visite a menudo y a vivir de las televisiones.

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