Votar Europa

Se abre el telón. Un impresentable comparece en rueda de prensa. El tipo niega su responsabilidad en el asunto, alude a un supuesto compañerismo con los condenados; sale haciendo mutis. Otro día. También se abre el telón, una señora muy bien educada tilda a los adversarios políticos de «hijos de puta»; el tenderete se cae con estrépito. En otro lugar se inicia otro espectáculo: un botarate afirma sin vergüenza (sinvergüenza) que tiene las claves que resolverán el problema económico del mundo mundial y los periódicos lo cuentan; pocos medios informan sobre que la ideología neoconservadora de este otro bigotes ha sido la responsable de la gran hecatombe.
Se abre el telón. Aparece en el horizonte Europa. Divina, pero imprecisa. La diosa espera que tú elijas a quienes harán posible un futuro mejor. Lo sabes: Europa es el presente y el futuro, aunque estás cansado de que estas elecciones se planteen en clave interna, como si al votar a uno o a otro eligieras al futuro presidente de España. Eso te aburre, te fatiga; a mí también. Cuando el espectáculo parece estar a punto de concluir, un rayo de esperanza brilla en el horizonte. A ti te interesa elegir en conciencia, convencido de que aciertas. Busca a los currantes, pasa de gandules, elige a uno con la suficiente fuerza moral como para pelear por tus intereses. Por eso, el domingo siete te pones guapo(a), sales a la calle con tu familia, te diriges al colegio electoral y cumples con tu obligación porque si tú no votas, otro lo hará por ti y eso, amigo, no es bueno.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
A votar se ha dicho, sin duda. La espada salió mejor forzada de lo esperado, así que todos muy, muy contentos por estos lares. Un fuerte abrazo.

Nacho.
Anónimo ha dicho que…
Fe de erratas: quise decir "forjada". Mil perdones.

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