Di que NO
Yo creo que hay dos motores que mueven el universo mundo: uno es el azar; el otro, la necesidad; en consecuencia, la evolución no es más que la conjunción (copulativa) de ambos principios. Los dinosaurios poblaron la tierra por pura casualidad y, por supuesto, como forma de supervivencia; ese fue su éxito y su fracaso. Lo mismo había que decir de las cucarachas. A los dos agentes de evolución yo añadiría un tercero: el afán de controlar los procesos de la naturaleza. Si los dos primeros factores de progreso existían antes del hombre, no ocurre así con el tercero que es la marca de la especie, el constituyente que nos diferencia y que es responsable del progreso humano incluyendo el lenguaje, la mayonesa, la lotería primitiva o la «privatización del agua». Desde la coalición entre nuestra proverbial ignorancia y la inteligencia capaz de alterar el entorno surgieron los dioses y con ellos las jerarquías y el pecado; una enorme confabulación para condicionar el libre albedrío, para atarno