La imagen

Te cuento esto, tan rebién que diría mi abuela, porque la corporación de mi pueblo (que aspira a ser capital europea de la cultura en el 2016) ha decidido que el rejoneador madrileño sea la imagen de la candidatura, imagen que debería aparecer contrapeada, digo yo, sobre un fondo cultural donde los colores predominantes fueran el rojo de la sangre derramada y el amarillo del embebido albero a las siete de la tarde. Al conjunto le falta el cáliz del escudo local, el toro negro de Osborne y una estrofa del soneto; pero, en un alarde de imaginación que me ha provocado dolor de cabeza, también pondría el busto «de medio cuerpo» de doña Rogelia sobre un mantón de manila, un traje de pastora serrana y el mote «Praeter Spem», que quiere decir «contra toda esperanza». Todo ello, debidamente ordenado sobre la mesa carcomida de la cruda realidad que aquí lo sustentará todo siempre.
Comentarios
¿Pero este hombre no sabe que hay personas que consideran la fiesta taurina crueldad con los animales.
Tal vez a una de esas personas le corresponda ser jurado en "Capital Cultural".
¡Que fenómeno!