Fábula

En esa fábula también hay animales: cerdos, cuervos y tortugas. Tiene su moraleja perfectamente hilvanada. No le falta detalle. El poeta moralista la está componiendo en endecasílabos que son unos versos de mucha categoría, algo así como el mercedes de la poética; no ha olvidado la rima consonante, la más pura, ni el ritmo mayestático del pie sáfico; ¡la metaleche! Habla de un cerdo que vivía en una pocilga, rodeado de todas las comodidades que precisa un cerdo; el guarro envidiaba al cuervo, señor de los cielos nubosos, por vivir al aire y comer a gusto de todo cuanto al alcance de los ojos tenía: lo mismo bayas que carroña. Sigue la historia; ahora con un narrador emplumado que envidia al gorrino por la comodidad de su corte (así llamamos en Cuenca a las gorrineras), la solidez de su casa y la estanqueidad del tejado. El poeta, hila que te hila, anda jodiendo la marrana con el cambio del punto de vista del narrador; así no hay quien se entere. Al llegar a los trescientos versos, recuerda que eran endecasílabos, ha intentado introducir en la narración a la tortuga, que le venía al pelo como contrapunto a quienes simbolizan la libertad y la comodidad. ¿Qué podría representar el nuevo bicho? Después de vueltas y vueltas ha oído en la radio cómo el nacionalista Fraga define a los nacionalistas periféricos y, gracias a las musas, le ha vuelto la inspiración: la tortuga será la viva imagen de lo reaccionario: incompetente, lento en el avance, gregario... ¡Cachisl!, chilla el vate. Necesitamos otro bicho. ¡Ya lo tengo! El ............... (Complete en la línea de puntos).

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Tal vez al ver la tortuga el cochino se puso a llorar, y ha dado tiempo para que las lágrimas se sequen y todavía siga ahí la tortuga.
Puede servir como metáfora de nuestra juventud - creo que somos de la misma generación- cuando teníamos dieciocho años Fraga estaba de Ministro del Interior con Franco firmando penas de muerte, y ahora porque no le pueden poner una delante.
Arturo
Nacho ha dicho que…
Blogger Nacho dijo...

Se me ocurren algunos, aunque igual desvirtúo un poco el sentido de la fábula: avestruz, porque aunque sea un mito falso, todos tenemos esa imagen de la cabeza escondida cuando hay que afrontar el peligro -o depurar responsabilidades, que tanto da-; pez, por esa memoria tan fragilísima cuando se trata de recordar ciertas firmas de ciertas penas de muerte, como decía el anterior comentario; asno... y esta no necesita explicación.

Un fuerte abrazo a todos (atención especial a la reina del país de las maravillas.)

Nacho.
Anónimo ha dicho que…
Esos ojos, ¿esos ojos son humanos?

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