Punto de inflexión

Pues bien, con el auto de Baltasar Garzón ocurre lo mismo. Ha hecho algo que supone una ruptura con el pasado a pesar de que desde la prensa carpetovetónica se tilden sus decisiones de disparate esperpéntico. Ha tenido la osadía de declararse competente para juzgar los hechos de aquellos insurrectos que perpetraron el «alzamiento» estando como estaban «fuera de toda legalidad»; las consecuencias de la rebelión se pueden cuantificar: hubo al menos 114.266 españoles desaparecidos de los cuales 7.067 eran, sin saberlo, castellano-manchegos. Te recuerdo que el auto se centra fundamentalmente en los vencidos desaparecidos.
Pero la ruptura que nos propone el juez apenas si es formal porque para la mayoría de la sociedad española ese pasado no existe: a nadie le importa hoy el franquismo; sin embargo, da la sensación de que algunas personalidades del partido de la oposición todavía se sienten ofendidas cuando se cuestiona la dictadura, lo digo por cómo califican un auto cuya única consecuencia será enterrar dignamente a muchos de los que aún yacen en las cunetas.
Comentarios
Ha pasado el suficiente tiempo para abordar la historia sin revanchismo, con una actitud que podríamos definir como científica, sin herir a nadie; pero debemos poner negro sobre blanco lo que sucedió y porqué. La sociedad Española creo que está preparada y sólo las conciencias que no estén limpias y tengan cierto remordimientos, entiendo que se niegen y argumenten todo tipo de pretextos, pero todos nos damos cuenta que son eso, pretextos.
Llevan un nivel de vida que ¡vaya! y según parece no pagan impuestos.
Estamos deshojando la margarita con Garzón si, Garzón no; y va siendo hora que el estado haga transparente los impuestos de los Franco.
Un abrazo de tu amigo Arturo.