La angustia del ignorante

Claro que si no soy capaz de explicar a dónde van los bytes, cómo podré ayudar a averiguar el paradero de los cuatrocientos setenta mil millones de euros que se han volatilizado en Estados Unidos como consecuencia de las prácticas neoliberales del ganado que ha dirigido el imperio, cuartos que se han transformado en un concepto intangible como es el de «activos sin liquidez», es decir papeles que se lleva el viento como besos de una mujer malvada. Sin embargo, a mí me da que, en el cambio de denominación (estrategia de prestidigitador), algunos bolsillos de pomposos caballeros y elegantes damas, políticos de mucho calado incluidos, se han llenado para poder tener una pensioncita, pobrecillos, que les permita vivir a ellos y a más de mil generaciones que de su misma ralea vengan al mundo a seguir fastidiando al inocente personal. ¡Anatema sit!
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