Retoques


El Photoshop es increíble, si lo hubiera tenido el tío Stalin habría hecho mucho mejor los apaños en las fotografías de los desafectos: primero una leve rectificación histórica para quitarlos del escenario de papel; luego, ya sabes. Pero no, el software de retoque es un invento de nuestro tiempo puesto a disposición del personal para que le quite gorduras a la parienta o le azulee los ojos a la querida. Lo malo es que también lo tienen los partidos y lo usan con profusión, vaya si lo usan. Se me ha ocurrido acudir a la página «webera» del PP para verle el rostro al candidato (no lo volveré a hacer, lo juro por éstas), y, jolines, le han alargado el cabezón utilizando el programita: se acota la imagen con la herramienta apropiada, se tira a voluntad «et le voilà» le crece la frente dos dedos para que parezca más inteligente; de paso, le apepinan el gesto con el objetivo de disimularle la cara de pan y le difuminan la arrugas utilizando un procedimiento tan elemental que hasta servidor de Vd. lo sabe hacer. Lo malo es que el programa informático no sirve para arreglarle el discurso, para quitarle ciertos tics o para tachar definitivamente de las listas a tipos que como el señor Zaplana andan escondidos, dice el Guerra, cuidando a esa niña tan quimérica que de hacerse realidad a más de uno se nos pondría la piel de pollo y los pelillos de punta. ¿Los pelillos de la nariz? Quia, con Photoshop, ni pelillos en la nariz ni cara de pasmarote, me voy a quedar niquelado.

Comentarios

Ignacio ha dicho que…
Lo curioso es cómo el propio señor Rajoy se maquilla a sí mismo en cada entrevista o debate, evitando siempre responder directamente a cuestiones fundamentales y disfrazando su verdadero pensamiento a base de repetir machaconamente esa retórica cínica, reduccionista y maniquea con que nos tiene aburridos a todos desde que Aznar le nombró ministro (también le nombró candidato sucesor, aunque él lo maquilla, de nuevo y dice que no, que ganó unas primarias con el sudor de su frente).

El único consuelo que nos queda es que los políticos, al fin y al cabo, no son más que leguleyos a los que el lenguaje les importa menos que los votos. Otro gallo cantaría si realmente supieran disfrazar la realidad con bellas palabras, y hacernos creer sus argumentos. Así pues, que le den al photoshop mientras puedan, porque el maquillaje que importa, como bien señalas, no les funciona: calados los tenemos.

Un abrazo, otro para la familia, y ánimo a todos con esas elecciones.

Nacho.

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