Analfabetos

En el pasado mes de diciembre conocimos una noticia de la que apenas si hubo eco: el INE (Instituto Nacional de Estadística) hizo públicos una serie de datos en un documento titulado «Indicadores sociales». Entre las frías cifras destaca el índice de analfabetismo en dos de las provincias de Castilla-La Mancha, Cuenca y Ciudad Real, que, en este orden, están a la cabeza de todo el Estado: casi el veinticinco por ciento (24,59% y 23,53%); en el ámbito autonómico, las cosas están mejor, uno de cada cinco de nuestros vecinos no puede leer un libro, tampoco entiende lo que dicen los periódicos: somos los segundos.
Desde que se hicieron públicas las cifras han pasado tres meses y a lo peor no les ha dado tiempo a estudiar soluciones contra la plaga; sin embargo sí a prometer a todos los docentes un ordenador portátil (cuidado, baratito, no vaya Vd. a pensar mal) para que echen carreras a ver quién enseña más deprisa. Es un buen principio que no les sirve a los analfabetos pues por definición no van a la escuela (sería terrible pensar otra cosa) y desconocen las tecnologías informáticas; para su desgracia la única ventana al mundo se la abre un busto parlante que les endilga la información ya digerida.
En su defensa, los políticos podrán argüir que la recogida estadística no se ha hecho correctamente, y la oposición criticar que los remedios no se han aplicado a tiempo. Me importa un ardite (nada), solo quiero dejar constancia entre estas líneas de una realidad que nos deja en vergüenza ante el mundo desde hace ya demasiados años.

Comentarios

Ignacio ha dicho que…
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Ignacio ha dicho que…
Una vez escuché una teoría, de labios de una profesora inglesa, que decía que en realidad a los gobiernos no les interesa tener una población alfabetizada, con cultura, conocimientos y capacidad de juicio crítico.

Para poder gobernar a las masas, decía aquella mujer al estilo orteguiano, es mejor tener una masa de corderos mansos, adocenados por la televisión, el fútbol y las palomitas del cine.

Que el diario más leído de España sea el Marca, muy por encima de los periódicos de tirada nacional, o que las revistas de divulgación científica (no digo ya de ciencia) vendan un 5% de lo que lo hacen las revistas del corazón, indica a las claras cuáles son los intereses de la población. Intereses creados, que decía Benavente.

No soy partidario de teorías conspiratorias, pero temo que las copiosas inversiones del ministerio de educación, así como sus excelsas reformas, no tengan otro objetivo que hundir aún más un sistema des-educativo, fábrica de analfabetos, borregos y votantes dóciles que juzgan la catadura del político por la cara, y no por su programa.

Está claro que, a juzgar por las estadísticas, les está saliendo bien, la jugada.

Abrazos, maestro, y perdón por el horror en verso (fui nombrado patán oficial de mi promoción, qué le vamos a hacer). Lo de la vejez ya es otro cantar...

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