Cuestiones previas

Cultura. La señora Dorotea, fea, guisa como una duquesa, mal. Suele preparar albóndigas tipo Ikea que sirve con la banderita ducal hincada en lo alto de la más gorda. Una generosa ración consiste en ocho o diez pelotas de carne picada con su correspondiente guarnición que ella llama cama de «pommes de terre», vulgo «patates». El otro día, Dorotea descubrió en el fondo de su olla a un infiltrado de la izquierda prosoviética escondido entre la cochura, nadando a contracorriente, cantando canciones verdes y despotricando a voces contra el obispo de Tenerife. Ni que decir tiene que Dorotea, alza la pata y mea, llamó inmediatamente al Director General de estulticias del Excmo. Ayuntamiento para que actuara de ariete contra tamaño desaguisado; el caso es que tras consultarlo con el concejal del departamento de ollas de toda la vida, convinieron en que era mejor cesar al intruso sacándolo del puchero a hostias, siempre que no se marchase voluntariamente, y nombrar a otro amigo: gente de orden que nadando a favor contribuyese a poner armonía en el guiso que hace la señora Dorotea en su hornillo de petróleo. No sé cómo acabó la cosa porque estoy hasta el garganchón de las albóndigas que hace la señora Dorotea y me aburre sobremanera la mentira tan mal urdida a pesar de mi nunca negada afición a la novela costumbrista. No lo sé y en realidad tampoco me importa, pero si lo comparamos con las actuaciones del señor Cenzano, peores fueron las de su equipo, lo mismo un día de estos les tengo que escribir un panegírico, Dios no lo quiera.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Vaya puñao de mala leche, capullo.
Todos tienen por qué callar.

Luis
Anónimo ha dicho que…
¿Callar? Y en tu culo un avispero.
Anónimo ha dicho que…
Has conseguido que haya olvidado mis dolores por un momento. Me he reído mucho.
GRACIAS

A. L.

Entradas más populares

Carta a un niño del Colegio Ramón y Cajal (Cuenca)

Carta abierta al Presidente de Castilla-La Mancha

No me rindo